En el desarrollo cultural e intelectual de Costa Rica, constituye un caso excepcional: individualista a ultranza, anarquista, positivista, materialista y filántropo, fue una figura nacionalmente respetada por sus ideales altruistas yla valentía para exponer su pensamiento. Viajó a Europa en 1889, en París realizó cursos de ciencias físicas, pedagogía e higiene, se especializó en química. Escuchó y admiró a Jaurés, el jefe del socialismo francés, y frecuentó los centros anarquistas, en los que tuvo su primera formación y afirmó su actitud contraria a todas las formas de colectivismo. Fue director del Liceo de Costa Rica solamente un año, durante el cual sus ideas sobre educación chocaron abiertamente con las que prevalecían en el país. Dedicó la mayor parte de su vida a sus publicaciones y su negocio de farmacia, en el que tenía un laboratorio experimental de química. Nunca simpatizó con la democracia, porque le negaba validez al sufragio popular, que es su base, y no aceptaba el derecho de las mayorías. Editó tres revistas: Renovación, Eos y Reproducción.